sábado, 11 de enero de 2014

Depravado y sutil Francisco Umbral

Abruma Francisco Umbral, con un dominio del estilo que le permite domar la lengua a su antojo, realizar giros que en otro contexto y en otro autor serían excesivos. Leyenda del César Visionario es una novela en ocasiones monótona, estática, en la que se acumulan ejercicios de barroquismo literario inútiles y descripciones que se repiten, que dotan a los ambientes y a los personajes de unas cualidades permanentes que los asfixian y no les dejan evolucionar (aunque al mismo tiempo son magistrales, recuérdense las descripciones de Franco, Ridruejo, Laín o Torrente Ballester y demás intelectuales falangistas). 
Umbral escribe cuadros de costumbres, anécdotas que se insertan en el discurso y forman un todo multiforme, que, prodigiosamente, desarrolla un retrato multisensitivo de la retaguardia de la zona franquista durante la Guerra Civil, gracias sobre todo a las cartas del soldado raso Francesillo. Se debería prestar más atención a este escritor porque es un orfebre de una lengua en la que cada vez se escribe peor.

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